Aquellas noches y mañanas eran feas. Caminaba hiperabrigada: triple pantalón, tres pares de medias, un par de chompas realmente gruesas, un gran abrigo y botas de nieve que, me habían dicho, aguantaban temperaturas de –40°. Cual Ekeko enyesado, enmochilada, rezando para no tener contacto con el ...
↧